miércoles, 22 de agosto de 2007

AÑO NUEVO de Santiago Fernández Núñez




El 31 de diciembre de 1999 a las 12:00 de la noche comenzaría un nuevo milenio. La gente de Olivos, Provincia de Buenos Aires, estaba reunida en la plaza, esperando el momento tan ansiado. Mientras muchos festejaban, un chico llamado Pedro, de tan solo 10 años, estaba tirando fuegos de artificio en una de las esquinas. En ese momento un auto con varios chicos que volvían de una fiesta muy alcoholizados lo atropellaron llevándolo a la muerte.

Durante muchos años la gente de Olivos contó cómo sus hijos veían cada año nuevo en la plaza, la figura de Pedro tirado en la calle todo lleno de sangre con los fuegos artificiales alrededor de él.

Todo parecía volver a suceder cada noche, cada 31 de diciembre, por años, hasta que un día Roberto uno de los líderes de los boy scout de Olivos, encargado de realizar la fogata que recibiría un nuevo año, desapareció en medio de gritos y corridas por el derrumbe de la misma.

Luego de buscarlo por todos los rincones, y callejones del lugar lo encontraron llorando, en el mismo lugar en el cual Pedro había sidoatropellado, nadie supo bien que había sucedido hasta que el mismo Robertito comentó: “Cuando estaba por irme a casa luego de prender la fogata vi unos petardos peligrosamente puestos arriba de un auto y un niño de alrededor de 10 años en posición de prenderlos, al ver lo que sucedía me apresuré a sacarle el encendedor de la mano, pero en el momento en que me vio acercándome salió corriendo y un auto lo atropelló” .

La gente del lugar al escuchar esto se encaminó hacia donde Robertito había visto el accidente, pero luego de revisar lo único que encontraron fue un encendedor de mecha encendido, tirado en el piso. Ningún chico fue reportado extraviado en la comisaría, esto significaba una sola cosa que el niño atropellado era el mismo que el 31 de diciembre de 1999 había muerto.

Siempre se creyó que un día Pedro resucitaría y mataría con la ayuda de sus padres a los causantes de su muerte, a esos adolescentes que por culpa del alcohol lo mataron.

Hoy en día todos los años se recuerda la muerte de Pedro con un acto en homenaje a su muerte. En la misma plaza. En la misma cuadra. En la misma esquina.
Todavía se cuenta que Pedro recorre la plaza todos los años nuevos en busca de paz y tranquilidad, codeándose con los indigentes que duermen en los bancos y con la gente que festeja un nuevo año.

No hay comentarios: