viernes, 24 de agosto de 2007

PASABAN COSAS MUY EXTRAÑAS de Camila Eyherabide

Empezaban las vacaciones de invierno, hacia mucho frío y yo, María, mi mejor amiga Victoria y otras compañeras más del colegio como Antonela y Belén no nos iríamos de vacaciones a otros lugares por eso, un día fuimos a una casa y luego de buscar información y decidimos jugar “al juego de la copa”, leímos unas instrucciones, preparamos todo, y esperamos que la familia de mi amiga se fuera a dormir para comenzar.

Al principio, todo era un chiste, ya que la copa no se movía y estábamos por sacar los dedos de encima, esta se empezó a mover, yo me paralicé, nunca pensé se movería. Tenia miedo pero arruinaría todo si soltaba la copa, ya que me dijeron que cuando un participante se va el espíritu que está adentro de la copa sale, y no para hacer el bien.

Un poco asustadas, empezamos a preguntar algunas cosas y A todas las respondía bien, pero cuando ya no había más cosas que preguntar, a una amiga se le ocurrió consultar algo más serio: Entre las chicas que estábamos ahí había una, la dueña de la casa con un familiar, su abuelo, internado en un hospital muy lejos de ahí. entonces, para comprobar si el espíritu realmente sabía todo, una chica le preguntó por el abuelo de la dueña de casa.

La copa comenzó a dar vueltas, explotó y el volumen de la radio subió hasta el máximo, volvió a bajar y el televisor se apagó. Todas habíamos quedado completamente shockeadas, nadie se podía mover. Justo cuando alguien alcanzó a pararse sin decir nada ya que nadie lo podía creer, sonó el teléfono.

Era otra cosa extraña, ¿quien iba a llamar tan tarde? Mi amiga atendió y una voz masculina pidió por su madre, ella le dijo que dormía y si no era posible llamarla en otro momento. La voz respondió qué era una urgencia. La madre de mi amiga, bajó al rato junto con el esposo, los dos tenían los ojos vidriosos, que transmitían mucha tristeza. Llamaron a mi amiga para hablar a solas Y al volver estaba llorando: su abuelo había fallecido unos minutos antes.

En ese momento supimos que nos habíamos metido con algo más grave, ya no era mas gracioso y todas nos sentíamos muy culpables por la muerte del abuelo de nuestra amiga, y todo lo que había pasado nos daba mucho miedo.
Al día siguiente, nadie se animaba a volver a hablar de lo sucedido el día anterior y pensaron que ya todo había terminado.



Pero nos preocupamos un poco cuando fuimos a clases y estaba ausente. Mis amigas y yo nos preocupamos, quizás si había algo peor que la muerte del abuelo de nuestra compañera y algo le había pasado que había impedido que fuera a las clases. En el primer recreo, fuimos todas las que habíamos estado en su casa ESE día y la llamamos. La madre nos atendió y nos dijo que su hija estaba en lo de su abuela. Al otro día cuando llegó al colegio todas le fuimos a hablar, ella estaba muy mal, y casi siempre miraba hacia abajo, evitaba el contacto con nuestros ojos, hasta que al fin nos contó que en su casa estaban pasando cosas muy extrañas y por eso decidió ir a la casa de su abuela. Dijo que en su casa, las cosas se movían, y siempre pensaba que había alguien más con ella cuando estaba sola, le daba mucho miedo, y quería alejarse de eso yéndose a la casa de su abuela.

Como nos sentíamos muy responsables por lo sucedido intentamos buscar a alguien que supiese de espíritus, y sobre el juego de la copa. Investigamos por todos lados hasta que finalmente dimos con algunas personas que estaban dispuestas a ayudarnos a espantar el espíritu de la casa de mi amiga. Nos dijeron que cuando explotó la copa, el espíritu se liberó y quedó en la casa y la única manera de sacarlo era haciendo una bendición a la casa.
Fue muy difícil explicarle a los padres de nuestra amiga que era necesario que un cura trajera la bendición a la casa, y que nosotras habíamos estado jugando al juego de la copa. Desde ese día decidimos nunca más jugar con ese tipo de cosas.

No hay comentarios: