viernes, 24 de agosto de 2007

TENÍA QUE CORRER de Yasmín Egea
















Corría y corría, no podía parar, tenía que correr lo más que pudiera si no, no sé lo que hubiera pasado.
Todo comenzó en un campamento que no quería ir. Tenía 15 años y me sentía grande para ir y aun más, si mis compañeros se enteraban de esto seria el hazmerreír durante todo el año.
Pero al final tuve que ir al llegar estuve apartada de todos con mi ipod en la mano i los auriculares puestos con la música a todo lo que daba solamente quería hacer mi mundo, mi vida, o sea, desaparecer.

Había planeado hacer lo mismo todos los días, apartarme y escuchar música. Pasó un día, dos, tres. Al cuarto día llegó una chica con una sonrisa enorme y un peinado raro del cual nunca me podré olvidar por lo gracioso que era, no falta aclarar que era la tentación de todos los días. Con voz suave me dijo:
-¿Yas no querés venir a jugar al juego de la copa esta noche con mis amigos y amigas?
Yo sorprendida me quedé, ya que chicos no podían ir entonces le dije que sí pero sarcásticamente; a la noche no iría e inventaría que me había quedado dormida.


Al pasar las horas me quede pensando y se hicieron las 11 y me fui a la cabaña, habían unos cinco chicos y unas cinco chicas con cara de sorprendidos me miraron y comenzamos a jugar. Ahí fui conociéndolos más y mas hasta me sorprendí al ver que la mayoría escuchaba mi estilo de música, comenzaron las carcajadas, empezó la tensión.


Pusimos el tablero, los números, las velas alrededor del tablero, la copa en el centro y apagamos las luces. Como siempre sucede, nadie creía en este juego pero era atrapante, continuamos riendo y comenzamos.
- Santiago deja de mover la copa, gritó Camila.
Habría pasado alrededor de una hora y como no había señal de nada decidimos cortarla pero con una pregunta final.


No nos podrías dar una señal para ver si estas acá? dijo Santiago, y en ese momento fue la tentación de todos y nos empezamos a reír y el muy enojado se levantó y se fue.
Al día siguiente muy cansados estábamos todos entonces decidimos ir a caminar un rato por el parque a conocerlo ya que era el día libre en donde todos podían hacer lo que querían siempre y cuando hubiéramos avisado a nuestro coordinador Martín , un chico de unos 23 años que para decir no estaba tan mal . El nos dio permiso pero nos pidió que a las 18:00 p.m. estuviéramos de regreso si no llamarían a nuestros padres y nos sancionarían.


Burlándolo nos fuimos y empezamos a recordar la noche anterior en la cual todos muy decepcionados nos habíamos quedamos excepto Santiago, el sentía que algo iba a suceder pero no le dimos mucha importancia, al cabo de una hora de caminata decidimos sentarnos y vimos que para un bote de unos pescadores y nos ofrecieron fuego, todos nos quedamos mirando como diciendo: ¿alguien pidió fuego? Nosotros con cara de sorpresa les dijimos que no y decidimos irnos ya que nos habían asustado un poco.


Al cabo de otra media hora nos encontramos con un grupo de chicas mayores que nosotras y vino una corriendo y nos ofreció fuego. Nos miramos nuevamente con sorpresa ya que nadie había dicho nada, con excepción de Sabrina que había saludado a una. Como siempre Santiago y con acotaciones nos frustraba más.


Al mirar le reloj descubrimos que eran las 17:52 y que por lo menos habríamos caminado como 1 hora así que nos iban a matar y realmente nadie quería ser sancionado. De repente salió un hombre de la nada, con el cual me pegué un gran susto y nos ofreció fuego. Ya parecía un chiste y empezamos a enojarnos con Santiago ya que siempre nos decía cosas como , les digo que no es broma el juego de la copa, yo les avisé que era peligroso.


El hombre nos ofrece fuego yo muy enojada dije – ¿Fuego? ¿Acaso alguien necesita fuego? Y el hombre con violencia dijo: - ¿Entonces para que me pidieron una señal?

Tardamos cinco segundos en darnos cuenta y empezamos a correr.
Yo iba a la par de Tomás un chico que había conocido ahí con el cual disfrutaba mucho mis tiempos y tenía un gusto musical bastante bueno.
- Nos perdimos- gritó Tomás, yo asustada, eufórica, alterada empecé a llorar y tomas trataba de calmarme pero yo sabía que algo nos estaba pasando . De repente escuchamos un alarido
- Es Sofía- grité.


Eso me puso peor e hizo que me debilitara más. Tomas decidió que nos sentáramos un rato para poder descansar. Nos quedamos dormidos dije yo, ya eran las 20:00 por suerte era el verano y recién empezaba a oscurecer, fue un segundo en el que de repente el señor que nos había ofrecido fuego ataca a Tomás, entonces yo asustada…

No hay comentarios: