miércoles, 22 de agosto de 2007

UNA SEÑAL de Julieta Pereira


En tiempos lejanos, una noche oscura, un grupo de amigos había decidido reunirse en un campo abandonado. Queriendo desafiar al demonio, decidieron jugar el juego de la copa.

Sobre un tablero colocaron todas la letras del alfabeto y luego todos los números del 0 al 9. Enseguida ubicaron una copa de cristal en el centro del tablero y comenzaron a jugar. Los jóvenes deseaban comprobar la existencia del espíritu. Intentaron lograrlo de muchas formas. Una de estas fue pedirle que se manifestara con una señal de fuego. Pero en el momento nada ocurrió. La copa se movía dando respuesta a las preguntas de aquellos jóvenes. Pero lo que ellos esperaban realmente era aquella señal. El juego había llegado a su fin y esta nunca había aparecido.

Sintiendo una extraña desilusión, cada una de las chicos partió rumbo a su hogar. En el camino de una de ellas, misteriosamente, se hizo presente una mujer cuyo rostro era pálido, casi transparente, sus labios eran rojos y sus cabellos, blancos. Estaba envuelta en un gran manto también de color blanco y parecía flotar en el aire.

Se acercó a aquella jovencita, le entregó un cigarro y luego le ofreció fuego. La chica se lo devolvió diciéndole que estaba intentando dejar el vicio. Repentinamente, la mujer desapareció. Pero esta situación se repitió varias veces hasta que en la última, ésta dijo: -Si no quieres fuego, ¿para que me lo habías pedido?-

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